
como un molusco, con su carne húmeda y brillante, que al ser tocada se contrae, se reprime en un instante y hecha marcha atrás probando que la quietud no es mortalidad.
su impavidez es un semblante, una fina capa de fotografía que nada tiene que ver con su alerta, con su continuidad en el tiempo, con eso que palpita dentro pulsando rítmico.
¿te has fijado en los cachos del caracol?
con ellos sucede lo mismo; es delicioso ver como se retuercen ante el mínimo contacto.
5 comentarios:
Al fin pollo!!!
Que manera de sentirse una a veces como un caracol y cuantas ganas de tener caparazón y esconderse del mundo!
Te adoro.
me gustan los caracoles alguna vez fui el ultimo caracol del universo , me transmite la calma que sentia en esa epoca leer lo que escribes.
Mira en mi blog la historia del ultimo caracol, por si no la has visto antes.
I know what you mean!!!!!!!!
Vale qué bonito
lo encontré muy sensual
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