Si dos individuos están siempre de acuerdo en todo, puedo asegurar que uno de los dos piensa por ambos

ella escribe:

Si no sirves, te vas a la calle.
Hay muchísimos que logran resolver todo así -todo-, y simplemente se despojan de eso que ya no los satisface como en los insinuantes y majestuosos inicios.
Yo no, yo no puedo.
Yo pienso demasiado
Y es que tal vez sea porque dejo en ellos una fracción demasiado grande de mí.
Tal vez me dejé a mí en ti.
No al estilo de los que permiten que uno piense por ambos, sino de la forma de dejarme cobijar por completo, todos esos restos, esos huecos que nunca fueron contenidos antes, muchísimo antes.
Y serías así una especie de salvador, de redimidor de faltas, un zurcidor de costras viejas. Mis costras.
Peor que esto, es el echo de que no tienes idea de nada (tampoco yo).
Solo hipotetiso e intento aclarar, compulsivo intento humano, estúpido, inútil.
Entender eso, comprender lo que inherentemente viene con confusión, excento de respuestas, de credos, de pedestales.
Eso que al nacer, nace duda, gesta insomnio.
En fin; la vida.

Y tal como dice un interesantísimo individuo:

"Sería muy simpático que existiera dios, que hubiese creado el mundo y fuese una benevolente providencia; que existieran un orden moral en el universo y una vida futura; pero es un hecho muy sorprendente el que todo esto sea exactamente lo que nosotros nos sentimos obligados a desear que exista."

Subráyese: obligados.