No quería que otros vieran su vaciamiento. Su pintura derramada con el frasco aún volcado y vacío. Nadie quiere morirse con las tripas afuera. Quisiéramos que lo que no se presta fácilmente a la mirada permanezca así, oculto pero sugerido.
¡La dureza del coco no explica su interior trozado, su líquido delicioso!
Y por eso no quería exponerse. Nadie quiere que sus órganos se exterioricen. Nadie quiere intercambiar piel por vísceras.
Y estaba tan asustada, como si todo su cuerpo estuviera plagado de pequeños ojos en alerta, a penas pestañando, siempre expectantes.
Entonces cerró casi todo; había algo que ella debía conservar para sí, porque “que le quedaba a ella” si todo estaba como tendido al otro, como si todo lo suyo fuera una muestra de mariposas pinchadas.
2 comentarios:
me gusta como escribes, simplemente eso no mucha gente me gusta cuando lo hace ve si te gusta lo mio www.monjasyzombies.blogspot.com
" nadie quiere morirse con las tripas afuera..... nadie quiere intercambiar piel por víseras....
...como si todo lo suyo fuera una muestra de mariposas pinchadas."
wowww, amo este momento que coincide para mí y me reidentifico con todo esto otra vez! HERMOSO!
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