Esa es la razón de que siga trabajando y haciendo nuevos intentos; cada vez cree que en esta ocasión logrará lo que se propone. Por supuesto que no lo hará, y por eso la condición es saludable. Si lo hiciera, si lograra igualar su obra con la imagen, con el sueño, no le quedaría más que degollarse, saltar desde el otro lado de ese pináculo de la perfección al suicidio. Yo soy un poeta fallido.
*El oficio del escritor.

4 comentarios:
que latera pero, ¿algo así como la crueldad, verdad? el lenguaje insufienciente, estar tranquilamente insatisfecha...
¡por suerte!
jeje has dado en el clavo; justo así como la crueldad de Derrida (amadodiado) siempre más allá del más allá!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
te quiero bella.
Maravilloso. La valentía de aquellos que no saben donde se dirigen, ya que por ello siempre van hacia algún lugar...
Maravilloso. La suerte de los que no saben donde van, ya que son ellos los que siempre van hacia algun lugar...
Publicar un comentario