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domingo, 3 de febrero de 2008

Hélène Cixous.


Si Kafka fuera mujer. Si Rilke fuera una brasileña judía nacida en Ucrania. Si Rimbaud hubiera sido madre y hubiera llegado a cincuentona. Si Heidegger hubiera podido dejar de ser alemán, si hubiera escrito la Novela de la Tierra. ¿Por qué cito todos estos nombres? Para intentar perfilar el terreno. Por ahí escribe Clarece Lispector. Ahí donde respiran las obras más exigentes, ella avanza. Pero, luego, donde el filósofo pierde aliento, ella continúa, va aun más lejos, más lejos que cualquier clase de saber. Después de la comprensión, paso a paso, se adentra estremeciéndose en el incomprensible espesor tembloroso del mundo, con el oído finísimo, alerta para captar incluso el ruido de las estrellas, incluso el mínimo roce de los átomos, incluso el silencio entre dos latidos del corazón. Vigía del mundo. No sabe nada. No ha leído a los filósofos. Y sin embargo, a veces juraríamos oírles susurrar entre sus bosques. Lo descubre todo.

Todos los movimientos paradójicos de las pasiones humanas, los dolorosos maridajes de los contrarios, que constituyen la mismísima vida, miedo y valentía (el miedo es también valentía), locura y sabiduría (la una es la otra como la bella y la bestia) carencia y satisfacción, la sed es agua… Nos descubre todos los secretos, y, una a una, nos brinda las mil claves del mundo. Y también es experiencia suprema, sobretodo hoy en día, consistente en ser-pobre a fuerza de pobreza, o a fuerza de riqueza. ( En "La risa de la medusa")

3 comentarios:

Angst dijo...

Lalande! tengo que empezar a leer a clarice

:)

Anónimo dijo...

Magnífica tu escritura. Felicitaciones de todo corazón. Yo he peleado mucho con el lenguaje y con la vida pero no podría escribir como tú. Pero también eso que has escrito resulta del vínculo amoroso con Clarice. Te escribe Gonzalo, persona mayor del Perú. Escribir lo esencial es muy difícil. Hay que luchar contra todos los amaneramientos y sacudirse de las frases hechas. Así se puede escuchar eso que palpita, ciego y casi sordo. Eso que apenas habla.
Pero la vida tiene sus altibajos. Felizmente que tenemos la escritura.
Mucho saludos
Felicitaciones.

Anónimo dijo...

Otra vez, Gonzalo.
Sucede que me topado con una biografía de Clarice que de repente no conoces. La encargaré a Amazon. El nexo es el siguiente. Pertenece a Moser. Muchos saludos http://www.amazon.com/reader/019538556X?%5Fencoding=UTF8&ref%5F=sib%5Fdp%5Fptu#reader

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