
Oigo crujir tus huesos húmedos
Húmedos de brisa de orilla.
Vida; me dices. Y resuenas en mí como un chubasco.
Recuerdo que olías a mañana de llovizna, esas que hacen palpitar la superficie.
Te movías lentamente, como animal cauteloso
Como animal de amanecida.
Trizando todo el barro que me tenía desvitalizada,
Doblaste mis dedos
Cayeron algunos pedazos, me sacudiste.
Yo sabía que no nos bastaba una vida
Yo sabía que podríamos aparecer en cada rincón virgen
Yo sabía que ya no era necesario soñar por las noches.
Solo necesitaba tu mano
Y me la tomas y corremos
Estamos corriendo, yo te miro de reojo
Me divierte ver como tus mejillas se tornan cada vez más rosadas.
6 comentarios:
Linda, tan honesta que me saliste! (para escribir al menos jeje)bueno, y creativa y sensible y valeinte y hermosa!
sales bella en la foto de perfil con el audifono
...y también opino que deberíamos retomar "al Mago", al menos en enero.
Cuento corto... bien corto
El mes pasado fui de vacaciones a Pompeya, muy bonito lugar, un poco gris quizás. Y un volcán estalló sobre Pompeya, pura ceniza. Hacía frío ahí, así que me vino bastante bien lo que sigue. Iba yo paseando por la avenida cuando de pronto se oyó un estruendo. Nadie gritó. Siguiendo las miradas de la gente que tomaba café al lado mío, dirigí mis ojos hacia el norte, directamente hacia el norte (que ahora es oeste). Entonces lo vi. Una llamarada incesante que se transformaba en ceniza al caer me hipnotizó. Muchos corrieron, a buscar refugio supongo, pero unos pocos no pudimos más que contemplar la belleza que se desdoblaba ante nosotros. Perdí la noción del tiempo. El peligro de este calor descendente parecía ser un indiferente acompañamiento de la hermosura que era protagonista de este espectáculo. De pronto el cielo se tornó gris y con él mis ojos. Luego mis manos, luego mis pies. Y hoy desperté y vi mi cuerpo cubierto de ceniza. Un par de horas después, fui ceniza, nada más que ceniza. Y como ceniza pensante que soy, pensé en lo lindo que fue ser convertido en un espectador templado por este desastroso acontecimiento. Que me haya muerto es irrelevante, contingente, ante tanta vida. Un volcán sobre Pompeya, si, un volcán sobre Pompeya. Un tótem erigido junto al resto de los mortales, para admirar, para abrazar, para maravillar. Un volcán sobre Pompeya, bendita sea la muerte si la acompaña esta belleza.
Las quiero
Cari lindo!!!!!!!!!!!! gracias!!!
lo mejor fue que lo leímos las dos juntas, sin saber quien era este "anónimo"... hasta que claro; ¿quién más que tú se acuerda de que somos pompeya?
que hermosísimo cuento y que lindas frases!
"El peligro de este calor descendente parecía ser un indiferente acompañamiento de la hermosura que era protagonista de este espectáculo."
"Un volcán sobre Pompeya, bendita sea la muerte si la acompaña esta belleza."
Te echo de menos caram, cruza la cordillera por tus pompeyanas (lo ruego!)
Te ADORO.
Amor,al conocerte no tuve que soñar nunca más por las noches, vivo en un constante sueño maravilloso al lado tuyo.
Besos
es grave eso alvaro...
¿y por qué anónimo?
eso es aún más grave.
Publicar un comentario